La asignatura pendiente del turismo mundial: "La accesibilidad"

Miguel tiene 43 años y, como gran parte de la población española, optó por reservar una casa rural el pasado verano de 2021. Sin embargo, le costó encontrar hoteles habilitados para él y con plataforma salvaescaleras para poder subir con silla de ruedas. Al llegar, había pocas excursiones por caminos naturales que pudiera transitar y tuvo que reservar un vehículo especial para ir a pueblos cercanos porque el autobús de la zona no estaba adaptado para personas con movilidad reducida.

Como Miguel, en España hay casi 4 millones de hombres y mujeres con algún tipo de discapacidad, física o psíquica, que se enfrentan a numerosas dificultades para poder disfrutar del turismo de forma totalmente accesible. Lo mismo sucede en todos los países del mundo.

Alojamiento y transporte, en el foco del problema

El turismo accesible es una de las tareas pendientes del sector para fomentar una verdadera inclusión social. Cabe destacar que hay discapacidades físicas, intelectuales, visuales y auditivas, aunque el INE apunta que la más común es la discapacidad móvil. Para estas personas, las barreras en el turismo aparecen pronto, en la planificación del viaje. Javier Font, presidente de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Madrid (Famma) asegura que muchas empresas “no tienen conocimiento de qué implica la accesibilidad”. No existe una información precisa sobre la ubicación de los hoteles mejor adaptados, afirma, y eso convierte la búsqueda en una odisea.

Este problema de desconocimiento no ha sido producto del coronavirus y Font destaca que “lleva afectándonos del mismo modo que en 2019, 2018 y años anteriores”. "El problema se centra mucho en el alojamiento y el transporte” y asegura que los visitantes se encuentran con habitaciones que no están adaptadas, con mobiliario que impide su movilidad y, en algunos casos, no pueden realizar tareas tan básicas como el aseo personal o acostarse en la cama.

Es importante formar a los profesionales del sector para que asesoren adecuadamente al público, ya que “la accesibilidad no es solo una barandilla o una rampa”, sino que implica un conocimiento de sus necesidades y una buena comunicación para satisfacerlas, matiza. Se refiere a una figura de apoyo en los hoteles, es decir, personal formado específicamente para ayudar a personas con movilidad reducida a meterse en la piscina o ir al comedor. A pesar de su importancia, apunta que es un servicio muy poco habitual y aboga por ampliarlo a toda la oferta, logrando así una verdadera visibilización e inclusión de las personas con discapacidad en la experiencia turística.

Para materializar un turismo accesible es necesario repensar el papel del entorno digital. Francisco José Sardón, presidente de la Plataforma Representativa Estatal de Personas con Discapacidad Física (PREDIF), reconoce que la tecnología no siempre ha sido una aliada y en ocasiones “ha constituido una barrera más” porque las propias plataformas y dispositivos digitales no eran accesibles. Hay carencias en las páginas web como no poder acceder a audioguías, aumentar el tamaño del texto o rellenar formularios con comandos específicos de teclado y ratón. De esta forma, las personas con discapacidad visual o motora no pueden acceder a una información esencial para viajar. Sin embargo, Sardón indica a RTVE.es que esta tendencia puede corregirse porque ahora “tenemos la oportunidad y los recursos para hacer que los sistemas digitales sean 100% accesibles”.

Mejoras para satisfacer a un público con derecho a disfrutar del turismo

Aunque todavía falta por potenciar una mejor comunicación, formación e infraestructuras, la accesibilidad está presente en las agendas del sector público y privado. La inclusión es sinónimo de calidad, asegura Sardón, y es preciso contemplarla porque “más de 4 millones de personas en España deciden a dónde viajar en función de su accesibilidad”. Por un lado, existen playas adaptadas con barandillas, rampas de acceso y donde los trabajadores de Cruz Roja ayudan a las personas con movilidad reducida a meterse en el mar mediante anfibios, unas barcas adaptadas a pie de playa.

Por otro lado, dentro del turismo de interior se apuesta por hacer más accesibles las rutas naturales. Con la llegada del coronavirus aumentó la demanda de turismo natural y experiencial, modalidades que se han asentado como principal motor del sector en los próximos años.

Fitur 2022, el escaparate mundial que busca visibilizar el turismo accesible

Ifema se ha convertido en un altavoz para las nuevas formas de viajar que giran alrededor de la sostenibilidad y la inclusión. La Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) ha sido premiada en FiturNext 2022 por su visibilizar y promover un turismo accesible. La entidad ofrece programas de vacaciones a más de 1.200 personas por año con un grado medio de discapacidad de casi el 70%, según sus datos, y su objetivo es abarcar tanto a las personas usuarias como a sus familias.

El presidente de la entidad, Anxo Queiruga, explica que cada vez hay más iniciativas, pero aún es necesario mejorar más “autobuses, vehículos automáticos, bares y restaurantes”. Así, la accesibilidad se convierte en un ingrediente clave para que las personas con discapacidad puedan disfrutar de un ocio inclusivo.

 

Newsletter

OMT