Argentina: Día del Tripulante de Cabina | American Airlines

En el Día Internacional del Tripulante de Cabina, miramos más allá de los uniformes para celebrar a las personas que garantizan que nuestros viajes sean seguros, tranquilos e inolvidables. Detrás de cada tripulante de cabina hay una historia de pasión, propósito y trayectoria personal, y la de Fernando Camacho es una de ellas.

 

Un viaje inesperado

Con base en Argentina y trabajando en American Airlines, Fernando no siempre soñó con la vida a 35.000 pies de altura. Su camino empezó en el mundo de las Ciencias de la Comunicación, campo en el que trabajó varios años. Pero fue un audaz traslado a Dubái lo que cambió su trayectoria. “Fui a Dubái con la esperanza de vivir una experiencia global”, recuerda Fernando. “Trabajar en el aeropuerto me acercó a la aviación, me dio una nueva perspectiva... y despertó un sueño que aún no había seguido: volar”.

 

En 2018, ese sueño se hizo realidad cuando Fernando se unió a American Airlines como tripulante de cabina. Hoy, es una parte orgullosa de la tripulación - y de una comunidad global que se nutre de la diversidad, la adaptabilidad y la empatía. “Ser tripulante de cabina es mucho más que un trabajo”, comparte Fernando. "Se trata de conocer gente, escuchar sus historias, ver mundo y mantener la curiosidad. Cada vuelo aporta algo nuevo".

 

Su vida en tierra es igual de plena. Fernando es un apasionado del tenis, del cine y del fútbol de toda la vida: su recuerdo favorito es un partido de fútbol entre Argentina y Holanda. “Estábamos en pleno vuelo de Miami a Buenos Aires y pudimos ver el partido por streaming”, recuerda. “Pasajeros y tripulación lo vieron juntos: fue una experiencia increíble, un momento de unidad y pura emoción”.

 

Retribuir con propósito

Fernando también es responsable de relaciones comunitarias de Latin Diversity Network Argentina, uno de los Employee Business Resource Groups (EBRG) de American. En este puesto, ayuda a fomentar asociaciones con instituciones locales y organiza actividades de voluntariado, desde colectas de alimentos hasta eventos como Dream Flight con la Casa Garrahan, que ofrece a niños que se encuentran en tratamiento en el hospital la oportunidad de experimentar su primer viaje en avión. “Estos son los momentos que te recuerdan por qué este trabajo tiene tanto sentido”, afirma.

 

La historia de Fernando es sólo un ejemplo del amplio abanico de trayectorias profesionales en el sector de la aviación. “Algunos de mis compañeros eran ingenieros otros incluso eran artistas”, comparte riendo. “Todo el mundo aporta algo diferente a la cabina, y esa diversidad es nuestra fuerza”.

 

En este Día Internacional del Tripulante de Cabina, rendimos homenaje a Fernando Camacho y a miles de profesionales como él: personas cuya dedicación, empatía y experiencia vital hacen del transporte aéreo algo más que un medio de transporte. Lo hacen humano.

 

 

 

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