¿Cómo impactará el nuevo mandato del Presidente Trump en el turismo?

El regreso del presidente Donald J. Trump a la Casa Blanca, tras una resolución inesperadamente rápida de las elecciones de 2024, ha preparado a la industria de viajes para lo que podría ser una reorientación radical de las políticas. 

Desde posibles cambios en las regulaciones sobre visas hasta renovadas preguntas sobre los compromisos ambientales, el segundo mandato de Trump puede traer tanto incertidumbre como oportunidades para el turismo internacional, la regulación de la industria y las iniciativas climáticas.
Mientras los ejecutivos de viajes evalúan el impacto probable, la industria se prepara para un período de recalibración, buscando el equilibrio entre las ambiciones de crecimiento y los cambios anticipados en Washington.

Visas y visitantes internacionales: ¿Continuará el flujo?
El Departamento de Estado hizo avances bajo la administración de Biden para reducir los tiempos de espera para las visas y facilitar los procesos de viaje, incluyendo cubrir puestos consulares y usar exenciones de entrevistas para eliminar los atrasos.
Pero durante el primer mandato de Trump se aplicaron políticas de visas más restrictivas , con un mayor control y escrutinio de los viajeros procedentes de determinadas regiones. Algunos en el sector de los viajes se preguntan si las políticas de Trump podrían limitar el crecimiento del turismo en Estados Unidos justo cuando el país se acerca a un número récord de visitantes.
Para los viajeros internacionales, la perspectiva de nuevas prohibiciones de viaje añade una capa de incertidumbre. En 2017, el gobierno de Trump restringió la entrada a ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen, una medida que el presidente ha indicado que podría repetir.
Sin embargo, esta vez lo que está en juego es aún más importante, ya que Estados Unidos se acerca a su objetivo de 90 millones de visitantes anuales para 2026. Cualquier nueva restricción podría cambiar el panorama mundial de los viajes y afectar a las aerolíneas, los hoteles y las empresas que dependen de los turistas internacionales.

El clima empresarial: ¿Los grandes acuerdos enfrentarán menos resistencia?
Durante el gobierno de Biden, las agencias federales regularon agresivamente las fusiones y asociaciones, con el objetivo de proteger a los consumidores. Sin embargo, la administración anterior de Trump priorizó una postura menos intervencionista en materia de fusiones y los expertos del sector prevén un retorno a este enfoque.
Para las aerolíneas, que se enfrentaron a un intenso escrutinio regulatorio durante los últimos cuatro años, las políticas de Trump podrían aliviar la presión en torno a la celebración de acuerdos. La reciente investigación del Departamento de Justicia sobre la competencia en los viajes aéreos también puede desvanecerse bajo el liderazgo de Trump, junto con las normas propuestas que exigen una mayor divulgación de las tarifas por parte de las aerolíneas y los hoteles.
En materia de protección al consumidor, la administración de Biden impuso fuertes multas e impuso normas estrictas a las aerolíneas, obligándolas a ofrecer reembolsos automáticos y a cumplir con requisitos de accesibilidad más estrictos. No está claro si estas protecciones centradas en el consumidor se mantendrán bajo el gobierno de Trump, cuya administración anterior favoreció menos regulaciones. Las aerolíneas y las compañías hoteleras saldrán beneficiadas, aunque los defensores de los consumidores pueden preocuparse por una posible reducción de estas protecciones.

Políticas climáticas: un probable cambio de prioridades
La agenda climática, piedra angular de la administración Biden, podría estar a punto de dar un giro. Trump ha rechazado sistemáticamente las regulaciones climáticas estrictas y ha optado en cambio por abandonar el Acuerdo Climático de París durante su primer mandato y favorecer la desregulación.
Para la industria de viajes, que ha invertido cada vez más en sostenibilidad, una reducción de incentivos (como los que se otorgan a los combustibles de aviación sostenibles) podría frenar el avance hacia soluciones de viajes más ecológicas. Si bien la estrategia de Trump podría beneficiar a las empresas al reducir los costos de cumplimiento, los defensores del medio ambiente temen que el impulso de la industria hacia prácticas sostenibles pueda estancarse.

Inversiones en infraestructura: incertidumbre en el horizonte
Bajo el gobierno de Biden, las aerolíneas y los hoteles obtuvieron importantes ganancias gracias al gasto en infraestructura, incluidas las inversiones en modernizaciones de aeropuertos y proyectos viales que impulsaron la demanda de hoteles cercanos. Si bien Trump históricamente ha apoyado proyectos de infraestructura, su segundo mandato podría alejarse de las iniciativas de gasto a gran escala, lo que agregaría incertidumbre a una industria ávida de inversiones a más largo plazo.
Sin esa financiación, los proyectos diseñados para aliviar la congestión y modernizar los centros de viajes pueden enfrentar retrasos, lo que afectará a las aerolíneas, los hoteles y los servicios de transporte que dependen de mejoras de infraestructura.

Impuestos, aranceles y factores económicos: un acto de equilibrio
Uno de los contrastes más marcados entre Trump y su rival, la vicepresidenta Kamala Harris, fue la política fiscal corporativa. Trump ha propuesto nuevas reducciones a la tasa impositiva corporativa, actualmente en el 21%, lo que podría liberar capital para las empresas de viajes.
En materia comercial, sin embargo, el entusiasmo de Trump por los aranceles podría reavivar conflictos comerciales, con efectos dominó que aumentarían los precios y reducirían la demanda de servicios de viajes. Si China y otros socios comerciales toman represalias, Boeing y otras compañías de aviación estadounidenses podrían encontrarse en desventaja, lo que podría interrumpir las cadenas de suministro de nuevos aviones justo cuando las aerolíneas globales aumentan sus pedidos.

Mano de obra y cadena de suministro
A medida que el gobierno anuncia el regreso a políticas migratorias más estrictas, las empresas que dependen de mano de obra extranjera temporal y de temporada se preparan para una posible escasez. Los hoteles, restaurantes y complejos turísticos, sectores que ya están lidiando con la disminución de la fuerza laboral en la era de la pandemia, pueden enfrentar una presión intensificada para cubrir puestos que tradicionalmente estaban cubiertos por trabajadores extranjeros, en particular en regiones que dependen de la mano de obra temporaria internacional.

Estos cambios potenciales podrían hacer subir los costos laborales a medida que los empleadores recurran a contrataciones nacionales en un mercado laboral ajustado, donde la competencia salarial sigue siendo feroz. La postura históricamente conservadora de la administración sobre las regulaciones laborales puede hacer que el crecimiento salarial siga siendo en gran medida impulsado por el mercado, lo que crea oportunidades y desafíos para los empleadores que buscan estabilidad. Los líderes de la industria también anticipan un posible cambio hacia la automatización para aliviar las brechas de personal, con servicios digitales y tecnologías sin contacto que cada vez más cubren puestos que antes estaban ocupados por trabajadores principiantes.

Mientras Trump vuelve al poder, sigue en pie una pregunta: ¿puede el sector de los viajes mantener su crecimiento en medio de vientos económicos y regulatorios cambiantes? Si bien la administración Trump podría anunciar oportunidades para reducir la regulación y aplicar políticas favorables a las empresas, el camino por delante no es nada seguro. Los líderes del sector están observando de cerca, preparándose para cambios que podrían reconfigurar el panorama de los viajes en Estados Unidos en los próximos años.

Fuente: Skift

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