
IA: los cambios que se avecinan para el turismo, según Mary Meeker
Mary Meeker, reconocida por marcar el pulso de la innovación tecnológica a través de sus extensos informes, ha vuelto a la escena con su primer estudio desde 2019. Su AI Trends Report 2025, de más de 300 páginas, no solo traza el vertiginoso avance de la inteligencia artificial, sino que también deja entrever múltiples implicaciones concretas para el sector turístico.
Desde nuevas formas de búsqueda hasta agentes autónomos, el informe ofrece una panorámica completa de cómo las herramientas de IA están redibujando el presente y futuro del viaje. A continuación, un repaso por los puntos más relevantes para la industria.
La búsqueda tal como la conocíamos está desapareciendo
Uno de los ejes centrales del informe es el cambio radical en la forma en que los usuarios buscan información. Según Meeker, la adopción de ChatGPT ha sido “sin precedentes”: en abril de 2025, la herramienta contaba con 800 millones de usuarios activos semanales y 20 millones de suscriptores. Para dimensionar este crecimiento, basta señalar que ChatGPT alcanzó los 365.000 millones de búsquedas anuales en solo dos años, una cifra que a Google le tomó más de una década.
Este giro obliga a las empresas turísticas a replantear sus estrategias de visibilidad online. Ya no se trata solo de SEO (Search Engine Optimization), sino de GEO: Generative Experience Optimization, un nuevo enfoque que pone en el centro la capacidad de ser relevante en entornos generativos.
Automatización en hospitalidad: ¿realidad o promesa?
El informe destaca el potencial actual de la IA para organizar viajes, pero también pone freno al entusiasmo sobre la inminente llegada de asistentes por voz multilingües y robots de atención al cliente. Según Meeker, la capacidad para mantener conversaciones realistas en tiempo real mediante voz no será común hasta 2030, y los robots humanoides en hotelería tampoco serán una realidad antes de 2035.
Sin embargo, startups como la alemana Onsai ya están desplegando soluciones de voz basadas en IA, y otras empresas están implementando agentes virtuales para la atención al cliente. La desconexión entre lo que predice el informe y lo que ya está ocurriendo refleja un escenario más matizado, donde la innovación avanza a distintas velocidades.
El auge de los agentes inteligentes
Una de las secciones más impactantes del informe analiza lo que Meeker denomina la “era agentica”, es decir, la proliferación de agentes autónomos capaces de tomar decisiones y ejecutar tareas complejas por los usuarios.
Estos agentes no solo responden preguntas, sino que reservan viajes, coordinan actividades, gestionan pagos y operan entre plataformas usando lenguaje natural. Empresas como Kayak o Apaleo ya están explorando este modelo, y se prevé que muchos usuarios del “internet del futuro” —especialmente en países que aún no están plenamente conectados— comiencen directamente su experiencia online a través de agentes de IA.
Para las empresas turísticas, esto implica una disrupción significativa: quien controle la interfaz del agente, más que la app o la plataforma, podría tener la ventaja competitiva en la próxima década.
La ventaja de las grandes OTA
Aunque los nuevos actores tecnológicos están revolucionando la industria, Meeker advierte que las grandes agencias online (OTAs) como Booking.com o Expedia cuentan con una ventaja considerable. Su acceso a grandes volúmenes de datos estructurados, la confianza del consumidor y la experiencia en flujos de trabajo digitales las posiciona favorablemente para adoptar herramientas de IA específicas del sector.
Según el informe, estas empresas están integrando copilotos, automatizando procesos internos y entrenando modelos con datos propios, lo que les otorga un punto de partida privilegiado frente a startups más pequeñas o generalistas.
Gen Z, contenido visual y marketing del futuro
En el ámbito del marketing, el informe subraya el auge de los modelos generativos de video basados en IA, cuya producción se ha duplicado en el último año. Este fenómeno se alinea con los hábitos de la Generación Z, cuya relación con el contenido digital es eminentemente visual.
Pinterest, por ejemplo, afirma que el 50% del cerebro humano está orientado a procesar imágenes, lo que convierte al contenido visual —y, por extensión, al video generado por IA— en un componente clave para captar la atención de los nuevos viajeros.
Sin embargo, esto no está exento de riesgos: Meeker destaca que más de 50 millones de creadores de contenido podrían verse afectados por la automatización en la producción creativa.
Vehículos autónomos y nuevas formas de movilidad
El informe también pone foco en los avances de la movilidad autónoma. Empresas como Waymo o Zoox ya operan taxis sin conductor en ciudades como San Francisco y Las Vegas, generando ingresos reales. Este tipo de soluciones podría transformar la movilidad en destinos turísticos urbanos, al reducir la necesidad de transporte convencional y ampliar las opciones de conexión puerta a puerta.
Riesgos latentes: ciberseguridad y regulación
No todo es optimismo en el panorama descrito por Meeker. El informe advierte sobre los riesgos inherentes al despliegue masivo de la IA: desde la proliferación de fraudes hasta el uso indebido de tecnologías de vigilancia o manipulación informativa.
Demis Hassabis, CEO de Google DeepMind, destaca que muchas de estas amenazas ya están presentes y que los desafíos en términos de regulación, seguridad y ética deben abordarse antes de que la IA alcance su punto de madurez.
Un nuevo mapa para el turismo
El informe de Mary Meeker no ofrece respuestas cerradas, pero sí traza un nuevo mapa del ecosistema digital. En él, la IA se consolida como fuerza transformadora para todas las etapas del viaje: desde la inspiración y la planificación hasta la movilidad y la experiencia en destino.
Para los profesionales del turismo, las señales son claras: hay que prepararse para un entorno donde la personalización será la norma, los asistentes virtuales tendrán cada vez más poder de decisión, y las oportunidades —y riesgos— de la IA marcarán la diferencia entre liderar o quedarse atrás.